domingo, 17 de enero de 2010

EVOLUCIÓN BIOLÓGICA Y REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA EN RELACIÓN A LA EVOLUCIÓN Y LA SITUACIÓN ÉTICA Y MORAL

PRÓXIMO FORO
Sábado, 23 de Enero de 2010, a las 11:00 horas

EVOLUCIÓN BIOLÓGICA Y REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
EN RELACIÓN A LA EVOLUCIÓN Y LA SITUACIÓN ÉTICA Y MORAL




LUGAR DE REUNIÓN
Libro Técnico,
C/ Alfonso XI, nº15 Algeciras

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TEXTOS:

¿CÓMO SE PUEDE SER PAGANO?
Alain de Benoist

«Cuando se trata de especificar los valores propios del paganismo, se han enumerado generalmente rasgos tales como: una concepción eminentemente aristocrática de la persona humana, una ética fundada sobre el honor (la vergüenza más que el pecado), una actitud heroica ante los desafíos de la existencia, la exaltación y la sacralización del mundo, de la belleza, del cuerpo, de la fuerza y de la salud, el rechazo del otro mundo, la inseparabilidad de la estética y la moral, etc. Dentro de esa óptica, el valor más alto es, sin duda, no una justicia interpretada en lo esencial en términos de una nivelación igualitaria, sino todo aquello que permite al hombre superarse a sí mismo; para el paganismo, considerar como injusto el resultado de la puesta en acción de lo que forma la trama misma de la vida es en efecto un puro absurdo. En la ética pagana del honor, las antítesis clásicas: noble-bajo, valeroso-cobarde, honorable-ruin, bello-contrahecho, enfermo-saludable, etc., toman el lugar de las antítesis de la moral del pecado: bien-mal, humilde-insensato, sumiso-orgulloso, débil-arrogante, modesto-desmesurado, etc. No obstante, aunque todo esto nos parece exacto, el hecho fundamental, a nuestros ojos, está en otra parte. Reside en el rechazo del dualismo».

¿Cómo se puede ser pagano?, de Alain de Benoist. Ediciones Nueva República, Barcelona, 2004, págs. 69-70.

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¿Evolución ética? Sobre una pregunta de Jane Goodall
por Antonio Fernández-Rañada

Jane Goodall recibe el 24 de octubre el Premio Príncipe de Asturias de Investigación. Por este motivo, Antonio Fernández-Rañada, catedrático de Electromagnetismo de la Universidad Complutense, reflexiona sobre la relación entre ciencia y moral.

En su autobiografía Razón para la esperanza (título traducido algo tontamente al español por Gracias a la vida), Jane Goodall se pregunta por la posibilidad de una evolución ética, por si es posible discernir en la historia un sentido ascendente hacia un nivel superior de dignidad con formas de vida más compasivas y menos agresivas. (...)

http://www.elcultural.es/version_papel/CIENCIA/8099/Evolucion_etica_Sobre_una_pregunta_de_Jane_Goodall

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FRIEDRICH NIETZSCHE
LA GENEALOGÍA DE LA MORAL

La rebelión de los esclavos en la moral comienza cuando el resentimiento mismo se vuelve creador y engendra valores: el resentimiento de aquellos seres a quienes les está vedada la auténtica reacción, la reacción de la acción, y que se desquitan únicamente con una venganza imaginaria. Mientras que toda moral noble nace de un triunfante sí dicho a sí mismo, la moral de los esclavos dice no, ya de antemano, a un fuera», a un «otro», a un «no-yo»; y ese no es lo que constituye su acción creadora. (...)
http://docs.google.com/View?id=dfjqmwcs_93gp8vmdhs

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RESUMEN

Como viene siendo habitual uno de los contertulios hace una breve introducción. En ella explica el porqué de los textos propuestos en nuestra página web para tener cierta formación a la hora de afrontar el tema de debate. Comienza refiriéndose al texto de Nietzsche de su libro La Genealogía de la Moral, texto que te mete de lleno en lo que es la "evolución moral". El siguiente texto del que se habla es el de Alain de Benoist, extraído de su obra Cómo se puede ser pagano, que habla sobre la ética pagana y de cómo hablar de moral es hablar de un elemento religioso, además de ser un texto que se puede complementar con el anterior, pues en ambos se aborda la inversión moral y de valores promovida por el abrahamismo. Por último, el mismo tertuliano comenta el tercero de los textos propuestos, una entrevista a la primatóloga Jane Goodal, con una línea de pensamiento opuesta a los anteriores.

En relación con los textos uno de los contertulios hace hincapié en el texto de Nietzsche, pues dicho texto expone algo muy importante a su parecer: "el resentimiento como creador de valores", lo que explica el que la moral, desde Sócrates hasta hoy, nazca siempre desde la debilidad. Al hilo de esta cuestión otro de los participantes hace una reflexión sobre la compasión como un elemento religioso, definiéndolo como "comprensión de un individuo ajeno".

A continuación, otro de los tertulianos sostiene que "la ética aparecería como evolución en el hombre" para pasar a comentar el determinismo de Darwin y la adaptación al medio remarcando que no son precisamente los más fuertes los mejor adaptados (siempre), dándole una mayor importancia a la adaptación más que a la condición física en cuanto a fortaleza.

Siguiendo con la discusión filosófico-científica, uno de los asistentes especula acerca de la posibilidad de la existencia racional al margen de la existencia biológica, exponiendo ejemplos como el desarrollo de la inteligencia artificial, sistemas que empiezan ya a aprender por sí solas. Dice que "debemos quitar la racionalidad humana como centro del universo y verla simplemente como otra realidad, como un sustrato distinto". Concluye su intervención exponiendo que la tecnología es un desarrollo del conocimiento, una forma mediante la cual el propio ser del hombre se desarrolla y puede evolucionar. ¿Y dónde acaba el conocimiento?, dice otro contertulio. La pregunta no es respondida.

Al hilo con el anterior párrafo se habla de un futuro dominado por máquinas, lo que ya supone un estado muy avanzado donde la realidad biológica ha sido suprimida, al menos en el hombre. Seguido a esto se hace una interesante reflexión: «Es un prejuicio pensar que sólo puede llegar a ser moral el hombre», calificando a posteriori las reflexiones planteadas como antropocentristas.

Derivando el debate hacia lo moral, se habla sobre el origen de la palabra ética y moral, que etimológicamente significan "costumbre", remarcando que tanto lo moral como lo ético giran siempre en torno a la vida, y no sólo en torno a la vida, sino en torno a preservarla. Dicho deber de «preservar» sería labor del hombre y de nadie más. Esta reflexión es contraatacada por otro de los contertulios, que entiende que entonces los animales también tienen un comportamiento moral de preservar la vida y por lo tanto no es algo monopolizado por el hombre; ante esta réplica el primero se defiende exponiendo que no se debe confundir moral y ética con instinto. De nuevo es interpelado por el contertulio anterior, que le dice que los animales, por ejemplo los elefantes, también entierran a los muertos. "Pero ellos no tienen ritos", le replican, a lo que responde que "el simple hecho de enterrar es un rito. Lo entierran porque pertenece al grupo, y eso es un comportamiento moral". Pero un tercer contertulio, quizás afín a la tesis primera, le dice al no antropocentrista: "¿pero los animales podrían no enterrarlo?". Con esta pregunta reflexiona sobre si realmente lo hacen por instinto o no, si es algo racionalizado o no, o si es simplemente un acto mecánico, un bucle. Un hombre puede decidir si entierra o no a alguien, pues aun existiendo una moral, ésta no determina la conducta.

Relacionado con la ética, otro miembro reflexiona acerca de la idea de que no podríamos extraer la ética sin saber de dónde surge, es decir, de la sociedad, de los seres sociales ya sea cual sea su naturaleza (homínidos, abejas, etc.), sentenciando que la moral es el poder de la costumbre y que el hombre también hace cosas por instinto. Posteriormente hace una unión entre la ética y la sociedad: «la vivencia en sociedad forma parte de la evolución de los individuos. La unión social que favorece la ética es determinante para el éxito biológico». Uno de los presentes afirma tajantemente que no está de acuerdo y expone lo que sigue: «la conducta es del conductismo, biológica (ética); y para que haya comportamiento debe haber reglas, normas… (moral). Y no puede haber comportamiento sin conciencia (que también es biológica) ni sociedad. Los animales no tienen conciencia, sino instinto».

Otro de los contertulios habla sobre que el instinto es una forma de inteligencia, pues ambas van encaminadas a la resolución de problemas. La inteligencia no es mejor que el instinto, por lo tanto, para este contertulio. Es interpelado por otro miembro del debate que expone lo siguiente: «el instinto es primero a la inteligencia, la segunda surge de la primera. La diferencia entre el instinto y la inteligencia es la conciencia y es lo que diferencia a los animales de los humanos».

Lo anterior da pie a una trifulca dialéctica porque uno insiste en que los animales pueden evolucionar en una "sustancia" inteligente y un comportamiento moral y que todo lo dicho es producto del antropocentrismo, «el hombre no es el único propietario de la eticidad». Pero otros insisten en que los animales sólo hacen lo que pueden hacer y el hombre puede elegir, no está determinado por el bucle de un instinto, sino por una inteligencia con conciencia que le da la posibilidad de distinguir y optar a lo que mejor le convenga. Pero ante esto, otro responde: «desde que un animal se protege y quiere preservar su vida algo de conciencia deberá de tener».

Como podrá deducirse, ha habido durante el debate una acalorada discusión entre antropocentristas y anti-antropocentristas. En respuesta a los segundos, se plantean las siguientes cuestiones: «¿de dónde surge la negación del antropocentrismo? ¿Por qué esa negación de que el hombre es un animal distinto? ¿Y las diferencias entre los distintos hombres? ¿Existe esa diferencia individual entre los animales?» Ante esto se dice a continuación que los animales cambian conforme a ellos pero no conforme a los demás, y eso es lo que nos hace ser egocentristas. Otro contertulio sugiere una tesis sobre el origen del anti-antropocentrismo: «En las religiones antiguas existía una condición aristocrática del hombre, "el hombre es lo más". Pero en las religiones abrahámicas se denigra al hombre, se le hace culpable de todo. Quizá sea ese el origen de la negación del hombre y del anti-antropocentrismo».

Contra el antropocentrismo se argumenta que la religión es la que dice desde el principio que somos creación de Dios. Otro aspecto para ir en contra de posturas antropocentristas, dice el mismo contertulio, lo aporta la biología, pues somos animales como todos los demás, y animales muy subidos, muy creídos, "somos tan tontos que hasta una máquina puede pensar". Ante esto es respondido con una pregunta: «¿si ese antropocentrismo no hubiera existido habría la humanidad evolucionado tanto tecnológicamente?», a lo que añade: «una máquina nunca podrá tener sensaciones, conciencia, y menos pensar por sí misma». Pero se insiste por parte de otro contertulio de que las máquinas ya pueden aprender solas, de hecho ha habido ciertos experimentos que así lo contemplan. Esto es tildado de cierto «creacionismo», ¿crear máquinas que evolucionan solas? Jocosamente es interpelado de la siguiente manera: «¿Dejo el ordenador enchufado 1000 años a ver si evoluciona?» Siguiendo la retahíla, otro contertulio aporta lo siguiente: «aunque un libro contenga un pensamiento el libro no pensará por sí solo nunca». Con este ejemplo pretende demostrar que una máquina nunca podrá pensar por sí misma, ni tener conciencia de que es una máquina, ni evolucionar…

El debate cambia de curso y da paso a otras cuestiones. Se expone que existen tres formas de entender la naturaleza y su origen, al menos según este tertuliano:
1. Parménides (UNO)
2. El Big Bang.
3. La postura teológica.
Esas tres formas de entender el mundo son tres formas de entender todo el origen de la materia habida y por haber, a lo que uno dice al respecto: «realmente no debería existir materia porque para que haya materia debe haber algo que haga que la materia exista, ¿algo puede aparecer por sí mismo?» Posteriormente califica el Big Bang de mito, para añadir: «¿todo ha surgido de algo que tiene menor dimensión que un átomo?, ¿de ahí surge TODO?, ¿que no había tiempo, que no había espacio? Algo debe darse en algún lugar, el Big Bang debió tener un origen, una densidad… ¡pero ya existía esa partícula! Esa teoría del Big Bang no resuelve nada, no resuelve el origen de nada». Ante esto otro miembro del debate aporta que "el Big Bang es una idea patrocinada, por decirlo de alguna forma, por un sacerdote católico" (Georges Lemaître - aunque ante esto habría que decir que no solamente fue el científico citado el involucrado, sino varios científicos, como Aleksandr Fridman y otros que no eran sacerdotes), concluyendo de la siguiente manera: «todo está instalado en esquemas religiosos judeocristianos. Sin querer (o queriendo) se están defendiendo ideas tal vez creacionistas». En respuesta a esto, quizá defendiendo el Big Bang, expone otro que "los teólogos no siempre responden a ciertos problemas como teólogos, por lo que quizá sea", según el contertulio, "muy aventurado decir que el Big Bang esté determinado por ideas judeocristianas al ser una teoría que proviene de los estudios de un sacerdote".

Para concluir, transcribo esta reflexión no exacta de uno de los miembros del debate y que dio por finiquitada la tertulia filosófica: «la religión es antiquísima, puede que hasta la religión sea de procedencia biológica… Que el hombre tenga tendencia a lo transcendental, a lo metafísico… debe tener alguna explicación. ¿Qué sentido tiene la religión en antropología?, ¿por qué el hombre debe tener religión? Hay que diferenciar lo cultural de lo natural, pero no aparece la cultura en todas las especies, sólo en el hombre. ¿Cómo se explica ese salto? Aparece una dimensión psicológica, el hombre no se conforma con lo que tiene, quiere más, tiene un comportamiento simbólico… y eso no lo tiene ningún animal. EL HOMBRE ES UN PRODUCTO MUY NUEVO DE LA NATURALEZA, ¿CÓMO VAMOS A COMPRENDER LA ESENCIA DE LA NATURALEZA?».■

FRASE CELEBRE:
«Vamos a llegar al desquicie mental» (Pepe Triviño)
Contexto de la frase: La frase se encuadra en una discusión muy fugaz que surgió durante el debate en la que una de las partes implicadas defendía que “las vacas deben tener derechos”. Ante tal idea surge la frase célebre, pues el protagonista entiende que dar derechos a las vacas es descabellado.