martes, 14 de abril de 2009

Los grandes pensadores: Zenón de Citio y la doctrina estoica

ASOCIACIÓN FORO IDENTIDAD

PRÓXIMO FORO

Sábado, 18 de Abril de 2009 a las 11:00 horas


Los grandes pensadores: Zenón de Citio y la doctrina estoica.
El estoicismo desde la antigüedad hasta nuestros días.

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LUGAR DE REUNIÓN
Blas Infante 4, Edificio Rafael Pérez de Vargas
(antiguo Asilo)Salón de actos.

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TEXTOS PARA EL DEBATE

Zenón de Citio (en griego Ζήνων ο Κιτιεύς) (el Estoico) (333 - 264 a. C.), filósofo de Citio, Chipre, en aquel tiempo colonia griega.
Contenido


1 El estoicismo
1.1 La física
1.2 La lógica
1.3 La ética
2 Referencia bibliográfica
3 Véase también
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El estoicismo

Zenón fue discípulo de Crates de Tebas y de Estilpón de Megara, comerciante, como lo fuera su padre, hasta los 42 años, momento en el que funda su escuela. Sus enseñanzas dieron lugar al nacimiento de la doctrina del estoicismo. Su pensamiento toma elementos de Heráclito y Platón, y algunos de Aristóteles, y combate sobre todo la escuela contrincante de su tiempo: la de Epicuro.


http://es.wikipedia.org/wiki/Zen%C3%B3n_de_Citio

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El neoestoicismo en la Vida de Boecio (1642) de Don Francisco de Montcada: una propuesta éticohistórica en tiempos de declinación. Xavier Baró i Queralt*
1. Introducción

El presente texto pretende reflexionar sobre dos cuestiones básicas para
entender el complejo entramado de la cultura escrita en la España del
siglo XVII, y más específicamente, sobre los usos de la historia en el siglo
XVII español. En primer lugar, presentar, a partir de una obra hoy en
día ciertamente poco conocida del erudito y político español Francisco
de Montcada (1586-1635), algunos de los rasgos característicos y definitorios
del neoestoicismo con el objetivo de interrelacionar ambos aspectos.
En segundo lugar, y como consecuencia del anterior, reflexionar
sobre cómo y de qué manera tradición e innovación se entrelazan en el
ambiente erudito e historiográfico del momento. Ambos objetivos han
sido trabajados desde una perspectiva interdisciplinar, entendiendo que
la Vida de Boecio es ante todo, pero no solamente, una obra de reflexión
filosófica, en la que se puede percibir la reflexión ética y política y
también un claro interés literario, además de ofrecer la visión sobre el
uso de la historia según Montcada.1
114 Xavier Baró i Queralt
1. He querido, en la medida de lo posible, hacerme eco de las reflexiones de pensadores
como Gadamer y Koselleck, teniendo presente que comprender una obra escrita en el

http://www.raco.cat/index.php/Pedralbes/article/view/122944/170224

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El fatum stoicum, expresión de la razón divina

Crisipo.

La doctrina fatalista por excelencia es la estoica:
Todo tiene lugar según el destino, así hablaban Crisipo de Soli en el tratado Del destino, Posidonio en el décimo libro Del destino, Zenón y Boethus en el primer libro Del destino
Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, VII, 149
El fatum stoicum no es un impulso irracional, sino la expresión del orden impreso por la razón divina (el logos) al universo:
El destino es la causa secuencial de los seres o bien la razón que preside la administración del mundo (ibidem)
No es tanto un principio religioso como científico y filosófico, teniendo en cuenta que el dios estoico no es otro que la razón.
El destino no es otro que la cadena causal de los acontecimientos: lejos de excluir el principio de causalidad, supone su misma esencia (véase: causalidad física y filosófica). Cicerón lo aclara en su tratado De la adivinación :


http://es.wikipedia.org/wiki/Fatalismo

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RESUMEN

Durante el sábado 18 de abril en el Antiguo Asilo, donde nos hemos reunido para charlar, discutir, debatir y aprender sobre el estoicismo y lo que ha supuesto en nuestra historia, desde antiguo hasta la actualidad, hemos disfrutado de una de las tertulias más amenas, alegres y densas en reflexiones e ideas que pueda recordarse en Foro Identidad. Asimismo, fue un debate que destacó por su cordialidad y preponderante respeto, además de por la gran presencia de muchos miembros, que sin duda enriquecieron con sus visiones e ideas o diferentes perspectivas el debate, nunca exento de polémicas y de la siembra de dudas y preguntas. En este sentido, los miembros de Foro Identidad somos un tanto vacas, un tanto campesinos y un tanto mineros: vacas porque rumiamos, campesinos porque sembramos (conocimiento) y mineros porque buscamos las piedras preciosas (si las hubiera) de cierta verdad.

Empezamos hablando sobre el estoicismo griego en su esencia, hablando de su idealización de la virtud en el sufrimiento, pero no por el mero hecho de sufrir, sino de vivir asumiendo con resignación que la vida es sufrimiento, y por lo tanto, dándole al sufrimiento una idea de respuesta para afrontar la realidad. También destacamos la máxima estoica del dominio de sí mismo, del dominio de las pasiones y de los deseos y su idea cosmogónica u ordenadora del Universo, consumada en la idea del Logos, una Inteligencia Superior que integra toda la Razón y manifestación natural. El Logos es una idea que va en sintonía con todo el mundo griego, ya sea con el Nous, el Ápeiron o la Idea de Bien de Platón y Demiurgo, de Platón.

Históricamente, nos han enseñado que el epicureísmo y el estoicismo son escuelas antagónicas; sin embargo, ambas visiones se diferencian en la forma, pero no en la base, pues ambas articulaban una visión materialista del mundo donde la tranquilidad y la libertad se conseguían en la negación de la vida material (como fin para la felicidad y como clara influencia del cinismo filosófico) y en la ataraxia, además de hacer un gran énfasis en la razón. Por lo tanto, ¿en qué se diferencian ambas escuelas? Pues en cierta tesis ética. Si el ideal epicúreo se destaca por la moderación en los placeres y en una filosofía hecha para conseguir la felicidad, el estoicismo habla de dominio de los deseos, de resignación y de afrontar la realidad sufriente emanada del Logos, que debe entenderse como una ley suprema que determina al hombre y a todo lo habido en el Universo.

Derivando, nos encontramos relacionando el estoicismo con el cristianismo. Se intuye que el cristianismo recogió ciertas ideas estoicas, que plasmó, tal vez de forma superlativa, en el martirio y en la veneración del hombre sufriente y todo sacrificio. Esta idea, de veneración del sufrimiento creo que, sin embargo, se aleja del estoicismo pues, como ya se ha indicado, el estoicismo no es veneración del sufrimiento, sino asunción de que la vida es en sí un constante sufrir, un dolor eterno, hablando metafísicamente, y que la felicidad sólo puede conseguirse con la razón (que es seguir las leyes naturales, según los estoicos) y la resignación.■