lunes, 24 de septiembre de 2007

Pesebrismo cultural (II) ¿El intelectual al servicio del poder?

ASOCIACIÓN FORO IDENTIDAD

PRÓXIMO FORO

Sábado, 22 de Septiembre de 2007
11 : 40 horas



Pesebrismo cultural (II)
¿El intelectual al servicio del poder?


LUGAR DE REUNIÓN
Blas Infante 4,
Edificio Rafael Pérez de Vargas
(antiguo Asilo) Salón de actos

Por segunda semana consecutiva trataremos en debate el Pesebrismo cultural; los asistentes al anterior debate intentamos profundizar en el análisis de un fenómeno que, por desgracia, posee tanta actualidad en nuestra sociedad, en el análisis de un fenómeno al que, por desgracia, no somos ajenos en nuestro entorno. En una Asociación que se caracteriza por discutir todos los temas en un absoluto ambiente democrático y responsable, han sido varios los artículos y noticias con que los integrantes de este foro hemos tratado libremente hasta ahora este importante tema cáncer de las sociedades democráticas: el cáncer de los intelectuales que no cumplen su función de ser despertadores de la opinión pública ante todo tipo de injusticias. Ahora lo debatiremos en sesiones consecutivas de nuestro foro donde están invitados todos aquellos que quieran intervenir o sólo escuchar.Os esperamos.

TEXTOS


Diversos textos y noticias sobre pesebrismo cultural


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Entrevista a Chomsky

Los intelecutales (¿Críticos o servidores del poder?) Heinz Dieterich Steffan

El lingüista y ensayista norteamericano reflexiona sobre el papel que sus colegas cumplen cuando, en lugar de ejercer la crítica social y política, pasan a formar parte del gobierno de un país. Cita como ejemplo experiencias que se desarrollaron en distintas épocas en los Estados Unidos, entre ellas la administración de John Fitzgerald Kennedy, quien reunió a su alrededor a brillantes figuras del mundo cultural y artístico. En general, los resultados fueron negativos. Temerosos de equivocarse, cautivos de su prestigio, los cerebros más destacados de una nación, convertidos en funcionarios, demostraron una nociva rigidez.


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PALABRAS SIN VOZ


REPENSANDO EL PAPEL DEL INTELECTUAL EN EL CONTEXTO DE RELACIONES DE PODER

El propósito de este ensayo es reflexionar brevemente en torno al papel del intelectual latinoamericano y de su producción cultural(1) dentro del contexto actual de relaciones de poder. Lo haré a la luz del pensamiento del filósofo deconstructivista nietzscheano y francés Michel Foucault (1926-1984), lanzado en el marco de una década contestataria y revolucionaria como fue la del sesenta del siglo anterior y que lo he estudiado y criticado en otro lugar (2007ab).Sin agotar descriptivamente toda la riqueza de ese pensamiento, y sin crítica alguna del mismo, primeramente, resumo el papel del intelectual en el contexto ideológico moderno; seguidamente, en el neocolonial posmoderno; finalmente, resumo mi opinión.


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Flor de Libertad (tributo a Rosa Regàs)Enviado por Jaume d´Urgell el 28 Agosto, 2007 - 10:10.
No imaginas como envidio a los que en adelante te tendrán cerca, guerrillera de la palabra. Nos veremos en los libros, en las calles, en las urnas, en la oficina, en la fábrica y a pie de obra.



RESUMEN

En esta segunda sesión sobre el pesebrismo cultural y la servidumbre que los intelectuales pueden cumplir respecto del poder, es decir, la abdicación que pueden realizar de su verdadera labor, nos hemos centrado precisamente en esta disyuntiva: la de si en realidad se inclinan más por la labor de crítica o por la labor de servidores del poder.

En efecto, no podemos negar a los intelectuales que, como cualquier otra clase de ciudadanos, necesiten un trabajo y necesiten estructurar su vida al servicio de alguno de los poderes o instituciones que conforman la sociedad, sean estas instituciones públicas o privadas. La alternativa sería ser independientes y esto no es muy factible en un mundo donde casi todo se articula en torno a grandes capitales dueños de empresas de la comunicación y donde una persona trabajando por su propia cuenta apenas tiene ocasión de sobrevivir o de que se le escuche.

Si revisamos esta estructura, por una parte están los gabinetes al servicio directo de los gobiernos, órganos de información y comunicación al servicio de imagen de los partidos o bien empresas de comunicación (periódicos, cadenas de televisión, etc.) claramente partidistas en sus opciones ideológicas. En este ámbito se suelen reclutar comunicadores o informadores que de alguna manera comulguen con la ideología del partido que ejerce el poder. En este sentido un participante abogó por no incluir en la categoría de pesebristas culturales a los intelectuales o comunicadores que de alguna manera piensan sinceramente estar sirviendo a una causa en la que creen cuando se ponen al servicio de grupos que formen parte de estas categorías o parecidas.

Existen otros intelectuales que, sin tener dicha ideología y siendo incluso independientes respecto de cualquier partido político, al ser brillantes, y a su vez ser requeridos a poner su pluma al servicio del poder lo aceptan. Esta categoría entraría de lleno en una de las clases de pesebristas e incluso de las peores, pues, además, su vanidad les llevaría a extremar los errores en los cuales caen los pesebristas y su inteligencia sobresaliente para la comunicación les haría causar incluso más daño contra la verdad y el bienestar común de los ciudadanos al tergiversar más inteligentemente los hechos.

En este caso no sólo abdican de su función de ser la conciencia crítica de la sociedad, sino que estarían dispuestos por dinero y/o prestigio personal a traicionar su propia conciencia.
De este modo, el problema de raíz, aparte de la conciencia personal, es el poder, tanto el político como el económico que deja poco lugar a que las voces auténticamente críticas y disidentes se hagan oír como no sea a costa de renunciar a una vida auténticamente estructurada, es decir, ejerciendo un heroísmo continuo y estando dispuestos a ser perseguidos y perder el empleo con frecuencia.

No obstante, incluso en estos casos hay que hablar de grados de corrupción, es decir, dentro del ejercer la labor comunicativa o artística en un contexto no del todo transparente o muy poco transparente, el pesebrista siempre tendría la opción de introducir inteligentemente un rasgo de honradez informativa y veracidad. Incluso esta ocasión desaprovecha el que tiene miedo a la libertad, el pelotilla y el ambicioso que, incluso procura hacer méritos sin que se los pidan, incluso haciendo un daño social, para hacer “méritos” y seguir ascendiendo.