jueves, 4 de enero de 2007

Psicología y valores del líder

Foro celebrado el 7 de julio de 2005.
Textos propuestos para el debate:

Liderazgo y empresa
(Iván Contreras Nogueira.)
Liderazgo: diversos artículos
(Alfonso López Quintás. Universidad Complutense. Madrid)
Liderazgo - Estilos
(Jesús Salazar. Universidad Gran Mariscal de Ayacucho)
Inventar un líder global
(Federico Javaloy. Catedrático de Psicología social de la UB)

Compilador del debate: Juan Dianes Rubio.
El debate comienza planteándose los siguientes interrogantes:

1. ¿Qué es un lider?
2. ¿Qué valores y cualidades debe poseer un buen lider?
3. ¿Sólo debe admitirse el modelo democrático de lider?
4. ¿Varía el liderazgo según el área en que se ejerce (religión, política, empresas, etc)?

En cuánto al segundo interrogante, no es necesario reflexionar demasiado para encontrar algunas de estas cualidades. Un líder no puede estar falto, o tiene que tener unas buenas dosis de:

- inteligencia
- conocimiento y experiencia de su campo de liderazgo.
- perseverancia ante las dificultades.
- capacidad de adaptación sin abandonar el objetivo.
- capacidad de conexión humana.
- servir de modelo sin coaccionar.
- etc.

No se trata de ser exhaustivos, sino que irán apareciendo nuevos hilos de esta temática conforme vayamos discutiendo.

Si observamos los fastos que se realizan en cada país para celebrar los acontecimientos que favorecen su orgullo nacional en cada ocasión, podemos aprender algo del comportamiento de nuestros líderes.

Se celebran las falsas ilusiones de ser aún un Imperio (Gran Bretaña), aparte que desde un punto de vista ético el único auténtico orgullo es el de ser pueblos amigos de los otros pueblos.

Mantener que la paz se disfruta como contraposición a la guerra y como resultado del famoso aunque cuestionable “si vis pacem, para bellum”, es una contradicción. La violencia sólo puede traer violencia. De lo que se siembra se recoge. El odio engendra odio al igual que la auténtica solidaridad o amor engendra paz y unión.

Debemos caminar en el camino de la paz tratando de partir de la comprensión profunda de la naturaleza del ser humano y de las necesidades de su vida en sociedad para tratar de comprender y de solucionar qué está pasando en muchos países para que se encuentren al borde la confrontación o de conflictos sociales graves, o bien en una pobreza tan profunda que ni siquiera se tienen fuerzas para protestar.

Además cuando existe de verdad el bien éste no cansa. El bien no tiene por qué aburrir. Nunca habrá demasiado de una cosa buena (espiritual; lo material puede cansar por muy bueno que sea) si de verdad es buena. Nos podemos cansar de lo bueno material porque el cuerpo tienen una determinada capacidad incluso de disfrute, pero no nos cansaremos de demasiada justicia si es auténticamente justa o de demasiada bondad si de verdad es bondad y, por tanto, respeta la justa libertad de aquél hacia quien se dirige.

No nos cansaremos de democracia si ésta es auténtica, pero si es un remedo donde cada uno hace su real capricho perjudicando y abusando de los demás mediante la corrupción y el engaño sí que estaremos decepcionados de ella, o más, bien, de cómo la construimos entre todos.

El auténtico liderazgo ha de nacer no de la imposición sino de la capacidad de conexión humana del líder y de arrastrar a los demás valores que profesa.

Pero, a veces, cuando los modelos que se proponen de líderes salen de la observación de lo que hay, entonces una psicología barata ayuna de auténticos ideales morales, propone figuras de líder nocivas para la sociedad, desde el punto de vista moral.

El auténtico líder propone, analiza, interroga más que impone sus ideas. Al igual que existen pedagogías de la imposición, de la lección magistral y del enseñar sin intervención casi del que aprende, existen también pedagogos y líderes de todo género que practican los valores del sugerir, orientar, motivar, aceptar las opiniones de las bases, aglutinar y encauzar esfuerzos.

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