jueves, 4 de enero de 2007

La colonización cultural de Hollyvood I


Foro celebrado el día 16 de abril de 2005

Compilador: Manuel Gómez de Barreda Pantojo.

Habría que analizar cómo los distintos géneros cinematográficos son utilizados en función de algún fin ideológico. Por ejemplo, el documental ha sido usado siempre como propaganda. El cine épico se utiliza para enaltecer algún tipo de conquista militar, situación de lucha o guerra. Por ejemplo las primeras películas de un director como Eisenstein, manejan el género épico para enaltecer la revolución rusa; películas como “Las huelga”, “Octubre”, “El acorazado Potemkin”.
El drama también puede ser usado para mostrar situaciones injustas; incluso la comedia, o el musical, pueden ser usados para mostrar versiones de la realidad donde se suavizan los conflictos.
El cine-ojo de Vertov consistía en un aprovechamiento total del componente visual de una película para mostrar una realidad, y no confiar tanto en elemento literario o argumentativo. La realidad que muestra la película se puede expresar completamente por medio de las imágenes, el montaje, los ritmos visuales. Cabría pensar que las imágenes tienen un impacto muy superior a cualquier otro medio de expresión, y de ahí la fuerza del cine. Sin embargo, las imágenes son un material bruto, son los ladrillos, que pueden componerse de muchas maneras, según un guión previo, o unas intenciones, que hagan que el resultado final tenga, o pueda tener, sentidos o significados diferentes y muy manipulables, diferentes a la situación de donde se han tomado las imágenes. En una película, las imágenes no hablan por si solas, sino que están compuestas para influir de alguna manera. La composición es algo fundamental para crear el sentido que se quiere transmitir.
El cine puede tener un poder tremendamente perverso y siniestro, porque es capaz de hacer creer a la gente que se está mostrando una realidad, y esta visión cinematográfica puede llegar a sustituir a la verdadera realidad para muchas personas, según unas intenciones políticas por ejemplo. Es un medio muy poderoso para llegar a las masas e influir en ellas, burlando la defensa crítica del espectador mediante una construcción en imágenes que es capaz de simular una realidad.
Incluso el lenguaje del doblaje puede ser un instrumento de manipulación. Resultaría extraño escuchar a un actor paradigma del poder americano como John Wayne, hablando en una lengua como en gallego, que sólo se asocia a un contexto de campesinos y gente humilde, sometida...y sin embargo, esta extrañeza no parece existir cuando se le dobla al castellano, ya que el castellano, ha sido también una lengua que contiene el registro del que detenta la fuerza o es poderoso.
Habría que analizar y estudiar cual es el mensaje de cada película. Por ejemplo, una película como “Superman”, sobre un superhéroe que defiende a los ciudadanos frente a los malvados por medio de una superfuerza y capacidades extraordinarias como la de volar, lo que hace es justificar plenamente el uso de la fuerza y la violencia al servicio de los buenos. Lo mismo ocurre con el western, o en el típico cine americano moderno de acción, donde se heroifica un uso bruto y muy burdo de la violencia y las armas, lo cual sirve para legitimar la violencia en manos de quien posee la fuerza en mayor medida. Mostrando por tanto que hay que disponer de fuerza para solucionar las cosas, y no precisamente otros valores. No transmite que la razón por ejemplo puede estar por encima de la fuerza.
Se habla del documental como si tuviera la misma naturaleza que el cine, pero realmente no son lo mismo. El documental se construye con imágenes de hechos reales, aunque el argumento o guión ya influya en el resultado, por el contrario el cine es un artificio de principio a fin, más relacionado con el cómic que con la realidad. En una película se controla absolutamente todo, desde el maquillaje, la escenografía, los encuadres. Las situaciones están siempre muy estilizadas, y apenas se puede decir que lo que representan sean situaciones reales, por muy acostumbrados que estemos a asumir que sí.
Se pueden analizar también las intenciones de las películas en relación con la idiosincrasia política de los autores y directores. Steven Spielberg es en muchas ocasiones un director conformista con lo establecido, que edulcora la realidad, o la traduce a un suave plano sentimental. Otro director como Clint Easwood, a pesar de presentar situaciones duras, o sucias, sigue representando los valores del típico héroe americano. Por el contrario, un director como Martín Scorcese en películas durísimas como “Taxi Driver”, prácticamente pone en cuestión todos los valores y forma de vida Occidental; o en otra más reciente como “Gangs of New York”, presenta todo el desarrollo y el origen de una ciudad como el producto de la corrupción de los políticos más desaforada, el gansterismo, el embrutecimiento de las clases bajas. Todo lo cual parece congruente con las conocidas ideas comunistas de Scorcese.
La mayor parte de las actuales películas de Hollywood o bien legitiman el uso de la violencia para aquellos que poseen la fuerza o las armas, minimizando el papel del uso de la comunicación o la razón para resolver los problemas; o bien edulcoran, o suavizan cualquier situación, para anestesiar a la masa de espectadores ante la realidad problemática y compleja de las cosas.

No hay comentarios: