sábado, 23 de diciembre de 2006

El Mito de la Caverna

Foro celebrado el 18/X/2003
Ponente: Sergio Salado Castilla.

DESARROLLO DEL DEBATE:
¿Sigue existiendo la esclavitud en el sentido del mito de la Caverna también hoy?

Podríamos empezar diciendo que del mito de la Caverna de Platón podemos extraer tres modelos mentales: el modelo del propio encadenado que mira a la pared de la caverna y qué sólo percibe ecos de voces y sombras que toma por realidades, el modelo del porteador que llega a tener opiniones pero que su oficio es manipular a los encadenados por las apariencias (que no tienen sabiduría ni capacidad crítica) y el modelo de los liberados en los cuales se habrá de distinguir diferentes grados.
La constitución perceptiva de la realidad exterior (o lo que tomamos por ella según nuestras débiles y sesgadas percepciones dependientes de la cultura de cada época y lugar) constituye una fuerza necesaria para manejar y manejarnos en el mundo, pero, al mismo tiempo impide el pensamiento profundo sobre otras realidades pertenecientes al conocimiento de nosotros mismos y de los demás.
En suma, cuando estamos presos de su reflejo (las cosas exteriores) en demasía, e identificados con ellas, no apetecemos otras realidades llamadas espirituales o trascendentes.
Es por esto que es necesario desechar alguna cosa para hacer hueco a otras. Es difícil de todos modos expresarlo, quizás habría que decir que es necesario poner cada cosa en su lugar y tener en cuenta la integridad de la realidad humana en vistas al desarrollo interior y exterior (y a la propia felicidad profunda y la de los demás) al mismo tiempo.
Si no logro ser yo mismo no saldré de la caverna. Pero, tratemos de interpretar algo más la profunda metáfora o mito de Platón:
* ¿Quién seguirá el camino de salida de la cueva?

* ¿Quién es posible que se vuelva de la educación del despertar y de la virtud que propone Platón otra vez a las pobres realidades de la cueva en que antes vivía?

* ¿No existen también derivaciones en el camino de salida de manera que no sea sólo un camino?

* ¿Los diferentes caminos no constituyen una "rueda" de modo que en la periferia del círculo exterior son diferentes pero conforme se acercan al desarrollo de la esencia del hombre van confluyendo y se transforman en un único camino?

* ¿Puede sólo la claridad mental de la sabiduría dar autodominio virtuoso? ¿No es excesivo el intelectualismo moral platónico?

* ¿Postulaba Platón un régimen severo de costumbres y virtudes de modo que el intelectualismo moral no es una interpretación adecuada de su pensamiento?

* ¿No existirán en las bifurcaciones del camino de vuelta a la verdadera realidad y el verdadero Sol (Idea de Bien) de fuera de la caverna bifurcaciones inadecuadas como sectas, fanatismos, etc.?

El tipo de cultura existente a partir de la Segunda Guerra Mundial (cultura como consumo) es una cultura estrechamente ligada al mercado y al consumo; una cultura manipulada por los que tienen en sus manos el poder económico y/o político. Evidentemente este tipo de cultura no es la cultura que uno consigue mediante la capacidad crítica y el propio pensamiento.
La cultura, hoy, más bien tiende a imbecilizar a unas masas que más bien prefieren el bienestar hedonista que el complicarse la vida en luchar contra los poderes establecidos. Más bien preferimos lo fácil, rápido y seguro que el esfuerzo, el riesgo y la lucha por unos principios, los cuales, el relativismo y el escepticismo imperantes han hecho cuestionables en gran parte.
El mito de la Caverna se ha interpretado de diversas formas a lo largo de la historia del pensamiento. Este mismo hecho es una confirmación de que estamos aún en la Caverna. Es decir, estamos aún en una forma de conocimiento que es sólo opinión, tal como Platón establece en la alegoría de la "Línea del conocimiento". Dentro de la caverna sólo cabe la Eikasía (conocimiento por conjeturas; pura sombra de conocimiento) o bien cuando se conocen los objetos de la cueva, a la luz del fuego que en ella arde, cabría conocimiento de opinión o Doxa. Evidentemente para Platón la opinión no es conocimiento puesto que de ella no se tiene prueba o confirmación.
Como es sabido el interior de la cueva representa el conocimiento del Mundo Sensible que obtenemos por medio de los sentidos, por tanto, al existir tantas opiniones sobre el propio mito, estamos aún dentro de una no-sabiduría. Y esta es propiamente la sensación que todos tenemos al ver la ausencia de auténticos sabios o personas que con virtud, sabiduría y decisión sean líderes auténticos que puedan ayudarnos a despertar.
Nos ignoramos a nosotros mismos. La mayoría de personas cultas, incluso a veces más que los sencillos, llamados ignorantes por ellos, hacen gala de una completa estulticia y falta de conocimiento de sus propios defectos, estando inflados de orgullo, vanidad y estupidez, dentro de la falta de respeto y amor por sus semejantes de que hacen gala, ceñido todo ello con el cinturón de la no-humildad.
De todas maneras si alguien se pregunta, en un modo de preguntar egoísta y materialista, ¿quién vive: el despierto o el encadenado; cuál sería nuestra respuesta?
Evidentemente algunos encarcelados pueden no desear salir de la prisión. Siempre existen tipos de personas animalizadas que se conforman con la comida y el no hacer nada y que no añoran la libertad ni el esfuerzo por ser útil a los demás y por construir la propia vida dentro del trabajo y de la rutina honrada de cada día, con todos los sinsabores que conlleva pero con todas las posibilidades de ser cada día más autónomos y conscientes que comporta, si se trabaja conscientemente en ello de acuerdo con un plan definido de los que ya han despertado en alguna clase de enseñanza superior no sujeta a las condiciones normales de la vida, incluidas las de la ciencia normal que sólo persigue la utilidad, lo cual tiene su ámbito también lícito.
Desgraciadamente este ámbito no es el de los intereses de la consciencia y del amor superior, sino los de la utilidad como el bienestar, la salud, el progreso económico, etc. todos objetivos perfectamente necesarios pero limitados ya que abarcan un área limitada dentro de la amplitud y complejidad de las necesidades del ser total del hombre.
¿Es necesario para despertar el maestro, el experto? Evidentemente, si alguien quiere escapar de la prisión necesita ayuda, el sólo no puede o le va a ser extremadamente difícil. Necesita planos de la prisión, herramientas para excavar los túneles, información sobre los vigilantes, los turnos, la vida de la prisión, etc. Y, sobre todo un mapa de cómo escapar.
Este mapa, (entendido dentro de la realidad de nuestra vida encarcelada en nuestra propia psicología egoísta y falta de consciencia sobre nosotros mismos y sobre los demás, de nuestros defectos, de la realidad de nuestro modo de enfadarnos o resentirnos por todo, de criticar, de sentirnos frustrados, de vengarnos aunque se a interiormente, etc.) es completamente necesario para escapar de la prisión de nuestro propio "sueño" en la vida pobre y egoísta que llevamos. Y este mapa sólo puede facilitarlo alguien que ya haya escapado de esta prisión, es decir alguien que posea una saber superior; no un conocimiento sólo intelectual, sino un saber integral sobre el hombre y sobre el cosmos y que sirva para adquirir la consciencia y el amor superior que necesitamos.
Pensemos en la situación actual, por otra parte no demasiado diferente de la de otras épocas, y que quizás esté en situación de empeorarse. Una audiencia "educada" en la sed de programas basura. ¿Acaso no son una imagen bastante fidedigna de los prisioneros encadenados que sólo ven sombras de la realidad y que las toman por la propia realidad? Educados en las pasiones de enterarse de las miserias de los demás y de disfrutar con los errores y desgracias de la vida de otros. Entrenados en el arte de distinguir estupideces y naderías y ver quien las acierta mejor, etc.
¿No sería la Dianoia, en relación con esta situación, un aumento en la capacidad de discernimiento de los saberes importantes y de la consciencia y la virtud como autodominio del propio ser y la voluntad verdadera de concordia y de vida auténtica con los demás?
Qué lejos estamos de ello. Y la Noesis ¿no sería acaso un estado superior de consciencia y de amor a los demás y de armonía con los demás que ni siquiera podemos sospechar en nuestro estado actual?
Sin embargo, se puede pecar por defecto o por exceso en la tarea de despertar a los demás, suponiendo que tengamos un trocito de despertar interior que podamos comunicar. El despertar no puede imponerse sino proponerse. Todos los grandes maestros, Jesucristo, Buda, Lao Tse, Confucio, etc. así lo hicieron. En este sentido no podemos sino acordarnos de la actitud de las diferentes sectas o grupos más o menos fanatizados y de su actuación más o menos criminal en relación a la dignidad de las personas que caen en sus redes, dignidad que siempre debe prevalecer sobre cualquier otra cosa o interés.

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