PRÓXIMO FORO
Sábado, 12 de junio de 2010, a las 11:00 horas
MEMORIA HISTÓRICA
Segunda República
(1931-2010)
LUGAR DE REUNIÓN
Libro Técnico,
C/ Alfonso XI, nº15 - Algeciras
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TEXTOS:
Ley de la memoria histórica
JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA
A todos los que la presente vieren y entendieren.
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley. (...)
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«Reflexiones surgidas de una lectura»
HISTORIA, IDEOLOGÍA Y MUCHO MÁS (I)
SOBRE EL PASADO Y LO PASADO
(...) Pero si la historiografía no es vista como ciencia por muchos o se ha puesto en duda dicha categoría es debido a la tendencia de aliñar la Historia con la moralidad y las emociones: de esta forma la historiografía pasa a dedicarse casi a algo más bien literario, su objeto no es la historia, sino algo parecido a la historia. Así, nos encontramos con que en la actualidad la historia ha sido sustituida por la divulgación histórica novelada, y eso es una gran ofensa contra nuestro pasado, pues se supone que se aspira a conocer los hechos tal como sucedieron, no tal como se sintieron. Tal vez sirva este tipo de novelas y de historia divulgativa como estudio de una Historia de las Emociones, pero no para un estudio serio de la Historia. Por supuesto, en una «Historia Total» (un concepto «moderno»; podéis buscar información sobre Fernand Braudel o la Escuela de Annales, aunque el concepto se atribuye a Pierre Vilar) los sentimientos son válidos para entender a los «protagonistas» de la Historia -el Hombre-, para ver el calado humano de la Historia (la historia es un fenómeno exclusivamente humano, solamente el Hombre puede hacer Historia y forjársela para luego aplicarle un método de estudio científico mediante la historiografía), pero siempre para someter esos sentimientos al análisis objetivo e imparcial que requiere todo estudio e investigación histórica. Por lo tanto, el testimonio de una persona que ha vivido un momento histórico y que lo cuenta, como es natural, con sus emociones y sentimientos y bajo su escala de valores y moralidad, es también una gran aportación para el estudio de la Historia (y del Hombre), pues su uso equivale al de una estadística o a un papiro, por muy duro que parezca decirlo. (...)
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¿Es o no Paracuellos del Jarama otra "fosa del olvido"?
(...) Paracuellos del Jarama. Paracuellos... triste nombre. Paracuellos = Para-Cuellos. Trágica etimología, fatal paralelo destino el nombre de un pueblo al de aquel planificado “parar cuellos (vidas).” ¿O es que acaso los carniceros eligieron el lugar del crimen también en función de su nombre? ¿Podían llegar a tan extremo sadismo...? En septiembre de 1.936 a Paracuellos empezaron a llegar autobuses y camiones con cientos de hombres mancillados, maniatados... hoy, en el 2.004, simplemente es un pueblo sobrevolado –a diario- por miles de viajeros que aterrizan en el aeropuerto de Barajas... y prácticamente nadie conoce lo que ocurrió al pie del cerro de San Miguel, cuando lo contemplan desde su butaca en el avión...
Hoy en día, aparte de la conocida “Causa General”, sobran estudios históricos acerca de lo sucedido (Rafael Casas de la Vega, Pío Moa, Ricardo de la Cierva, Ian Gibson, Salas Larrazábal, Carlos Fernández,... ), con un tratamiento exhaustivo y minucioso, para denunciar la vergonzante manipulación que Televisión Española, pagada por todos nosotros, ejerce sobre la verdad. Vamos aquí a repasar algunos significativos datos para el conocimiento de aquellos que, por no ser familiares de los caídos o por común desconocimiento, pudieran estar interesados en conocer el tema sucintamente. (...)
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La Libertad es un bien muy preciado
El destino de los prisioneros: Campos de concentración. Batallones de trabajadores y cárceles
En los sistemas de terror todo el mundo es sospechoso y todo sospechoso es encarcelable. Si a esto añadimos el creciente número de prisioneros de guerra, se comprenderá que en la España nacionalista un rosario de cárceles, prisiones provisionales, depósitos y campos de concentración cubría su territorio.
Sobre la vida de los prisioneros en campos de concentración y cárceles, todos los testimonios coinciden en estas características: hambre, hacinamiento, ausencia de higiene, enfermedades, malos tratos y arbitrariedad.
Del hambre que pasaban los presos, baste decir que aquel preso que no recibía paquetes de comida de su familia y dinero para suministrarse en el economato de la prisión, lo más probable era que se terminase muriendo. En muchas cárceles y campos, los asturianos se hicieron famosos por sus “comunas”. En esas “comunas” lo que cada uno recibía de la familia era equitativamente repartido entre todos los demás compañeros. (...)
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RESUMEN:
ASISTENTES AL DEBATE Y OTROS DATOS |
Asistentes: Carlos P, Daorino, De Lorenzo, TRIV, GuAy, JRam, JuCab, JDia, JuVac, Mago M, Pablo de La Línea. Autor de esta síntesis: De Lorenzo Duración: 11:00-13:45 horas |
Comienza el debate de Foro Identidad con la lectura de sendos textos relacionados con el asunto de discusión. Ambos son creaciones originales de dos miembros de Foro Identidad. Esta asociación ofrece la posibilidad a sus miembros, y a los asistentes habituales a sus debates, de leer un escrito propio o de otro, siempre y cuando esté relacionado con el asunto a tratar y cuya declamación no exceda de diez minutos.
El primero de los textos se llama “Cuestión de rigor y método”. Supone un breve ensayo de carácter metodológico que a nadie deja indiferente. Aquí se habla, entre otras cosas, de la importancia del lenguaje como mediador entre la realidad y la comprensión de la misma por nosotros y de la necesidad de tener siempre presente este factor a la hora de acercarnos a la realidad.
El segundo es un escrito que el autor del mismo califica como conciliador. Se titula “Segunda República… ¡presente!” y la idea principal que transmite es la necesidad de abandonar viejas discusiones acerca de viejos asuntos (Segunda República, Guerra Civil y Franquismo) y de centrarse en los problemas de hoy día. También se desvela en este escrito el motivo del título del debate de hoy: Segunda República (1931-2010); y es que en el discurso público de más de un líder político parece que la Segunda República siguiera presente. Tras su lectura se abre una polémica acerca del carácter conciliador o no del mismo y con esto da comienzo el debate propiamente dicho.
Un contertulio manifiesta su conformidad con todo lo expresado en el segundo texto. Atribuye el origen de la Guerra Civil a la proclamación, en la calle, de la Segunda República el 14 de abril de 1931. Comenta igualmente la influencia soviética en el origen de semejante régimen. Afirma que los españoles fueron ingenuos al dar carta blanca a unos políticos de los que no se sabía el camino que iban a tomar. De esta manera, según este análisis, sin república no habría habido ni guerra ni dictadura. Propone avanzar hacia una democracia al estilo de Estados Unidos, es decir, presidencialista y con una efectiva separación de poderes y cerrar el capítulo de la Guerra Civil cuanto antes. Finaliza esta interesante intervención con una inquietante advertencia: hoy soportamos una constitución con un sistema autonómico que es un tremendo error y que puede conducirnos a un enfrentamiento entre los distintos territorios de España.
Esta intervención genera la réplica de otras tres. La primera insiste en la necesidad de tener presente la historia, sobre todo la más reciente, al objeto de que no se repita. También duda este participante de la existencia real de la izquierda y la derecha. La segunda, crítica con el segundo texto y con la primera intervención suscitada por éste, propugna la necesidad de estudiar el período histórico con desapasionamiento. A la vez que se discute la realidad del dato aportado de que la Segunda República se proclamó en la calle, se señala a la Iglesia Católica como grupo que se opuso abiertamente a este régimen desde el primer momento, aliándose con los sectores económicos más reaccionarios. También discute que la Segunda República surgiese bajo la influencia soviética; sí aparece, dice, como reacción a la Restauración, que mantenía al pueblo en el analfabetismo y en la necesidad. Concluye con la afirmación de que existía una estrategia programada de generar terror por parte de los militares sublevados en 1936. La tercera sostiene que si el asunto estuviera bien explicado no habría tanta pasión. Y así introduce como elementos explicativos de algunos hechos la importancia del analfabetismo y lo manipulables que eran las masas por parte de los políticos. Éstos insertaron en las clases populares la idea de que había que arrasar con todo aquello que no fuera ellos mismos.
Otro participante hace aquí una inflexión, que califica de psicológica. Manifiesta que todas las posturas expuestas tienen su parte de razón para añadir que, al igual que a una persona que en su desarrollo está demasiado preocupada por su pasado le ocurre que no tiene alegría para construir su futuro, a un pueblo le puede ocurrir lo mismo.
A continuación, un contertulio reivindica al historiador Stanley Payne. Añade que al hablar de este tema hay que considerar que la Segunda República perdió la guerra pero ganó la batalla de la propaganda. Replicando a una opinión anterior, afirma que la población española del momento no era tan ignorante como se ha dicho. Además, continua, el país se había desarrollado, como consecuencia de su neutralidad en la Primera Guerra Mundial y el comercio con las potencias beligerantes. Termina con la afirmación de que los defectos de la constitución republicana sumados a la falta de capacidad de reacción de los dirigentes republicanos fueron los responsables de la Guerra Civil.
Otro participante realiza una breve intervención que abunda en la línea del anterior. Insiste éste en el error por parte de las autoridades republicanas, influidas por la opinión de Largo Caballero, de armar a las masas, de la constitución de las milicias populares. Hizo que la inseguridad fuera absoluta. Añade que convertir a toda esa gente en gente maravillosa es el truco de la memoria histórica.
A continuación un contertulio destaca que hablar de todo esto provoca catarsis. También que tal hablar ha parado, se ha dejado pendiente y hay que continuar con ello. Esta opinión es contestada por otro. Éste afirma que no ha tenido lugar tal catarsis y que en su lugar solo se ha hecho una historia muy concreta, la de los vencedores.
Un tertuliano que no había intervenido hasta el momento marca aquí otro punto de inflexión. Señala éste el carácter de oportunismo político que ha tenido, de hecho, todo este asunto de la memoria histórica. Aprovechando cierto ambiente cultural favorable propiciado por la producción cinematográfica española y apelando al resentimiento y a los bajos instintos de las masas, ciertos marxistas, por tanto tributarios de la forma más lograda de sadismo político, imbuidos de su proverbial hipertrofia de legitimidad han colocado la memoria histórica en el centro del discurso político. También incide este contertulio en el exacerbado legalismo de los memorialistas a la hora de exigir condenas del golpe de estado militar de 1936, que contrasta con su olvido del intento de subversión del orden republicano en 1934, protagonizado precisamente por el PSOE. Tal legalismo, insiste, no existe en política, como se ha visto en el proceso de aprobación del Tratado de Lisboa, en el que Irlanda se ha visto obligada a repetir su voto negativo y convertirlo en positivo, tal y como dictaba el poder real y nada democrático que impera en la Unión Europea.
A continuación, otro participante, a partir de un análisis fisonómico de algunos de los tertulianos lanza una interesante hipótesis. La gente de izquierda es especialista en establecer una dictadura mental y en calificar negativamente cualquier idea que no vaya en su línea, se afirma. Se basa para esto, entre otras cosas, en la observación de los rostros de algunos participantes y en las miradas que lanzan a otros contertulios ante intervenciones con las que no parecen coincidir. Insiste en el resentimiento natural de la izquierda, un indicio de lo cual ve en el hecho de que la Ley de Memoria Histórica fuera aprobada un 20 de noviembre (de 2002).
Otro tertuliano complementa esta observación con otra: la gente de izquierda es muy habilidosa y, con el vocablo memoria histórica, ha ligado la memoria, que es ante todo un proceso psicológico, con la historia, que remite a un análisis documentado. Son, por tanto, dos cosas muy distintas.
Tras esta afirmación, otro participante advierte a los presentes acerca de la actitud de confiar demasiado en las ideologías y en los políticos profesionales al uso en estos tiempos. Pues, se dice, que tal y como sostenía Maquiavelo, predomina lo malo, en los políticos y en la gente. Los políticos y los grupos de presión, distintos intereses económicos y sociales minoritarios, son los que controlan el poder y terminan decidiendo. Hay que tener mucho cuidado con cierta tendencia a creer en la buena voluntad de determinadas ideologías y políticos. Un ejemplo de lo que se dice sería la existencia en España, territorio relativamente pequeño y homogéneo, de 17 autonomías. ¿Para qué sirven? Sobre todo, se añade, para alimentar las ansias partitocráticas de puestos públicos, en los que los pésimos de cada sitio medran sin trabajar. Ante esto, otro contertulio propone, para prevenir precisamente estas amenazas, hablar, a partir de ahora, en nuestro debate, en términos científico-racionales.
Frases célebres:
- De Lorenzo: el marxismo constituye la forma más lograda de sadismo político.
- Daorino: mirando vuestras caras puedo ver el resentimiento propio de la gente de izquierda.
El primero de los textos se llama “Cuestión de rigor y método”. Supone un breve ensayo de carácter metodológico que a nadie deja indiferente. Aquí se habla, entre otras cosas, de la importancia del lenguaje como mediador entre la realidad y la comprensión de la misma por nosotros y de la necesidad de tener siempre presente este factor a la hora de acercarnos a la realidad.
El segundo es un escrito que el autor del mismo califica como conciliador. Se titula “Segunda República… ¡presente!” y la idea principal que transmite es la necesidad de abandonar viejas discusiones acerca de viejos asuntos (Segunda República, Guerra Civil y Franquismo) y de centrarse en los problemas de hoy día. También se desvela en este escrito el motivo del título del debate de hoy: Segunda República (1931-2010); y es que en el discurso público de más de un líder político parece que la Segunda República siguiera presente. Tras su lectura se abre una polémica acerca del carácter conciliador o no del mismo y con esto da comienzo el debate propiamente dicho.
Un contertulio manifiesta su conformidad con todo lo expresado en el segundo texto. Atribuye el origen de la Guerra Civil a la proclamación, en la calle, de la Segunda República el 14 de abril de 1931. Comenta igualmente la influencia soviética en el origen de semejante régimen. Afirma que los españoles fueron ingenuos al dar carta blanca a unos políticos de los que no se sabía el camino que iban a tomar. De esta manera, según este análisis, sin república no habría habido ni guerra ni dictadura. Propone avanzar hacia una democracia al estilo de Estados Unidos, es decir, presidencialista y con una efectiva separación de poderes y cerrar el capítulo de la Guerra Civil cuanto antes. Finaliza esta interesante intervención con una inquietante advertencia: hoy soportamos una constitución con un sistema autonómico que es un tremendo error y que puede conducirnos a un enfrentamiento entre los distintos territorios de España.
Esta intervención genera la réplica de otras tres. La primera insiste en la necesidad de tener presente la historia, sobre todo la más reciente, al objeto de que no se repita. También duda este participante de la existencia real de la izquierda y la derecha. La segunda, crítica con el segundo texto y con la primera intervención suscitada por éste, propugna la necesidad de estudiar el período histórico con desapasionamiento. A la vez que se discute la realidad del dato aportado de que la Segunda República se proclamó en la calle, se señala a la Iglesia Católica como grupo que se opuso abiertamente a este régimen desde el primer momento, aliándose con los sectores económicos más reaccionarios. También discute que la Segunda República surgiese bajo la influencia soviética; sí aparece, dice, como reacción a la Restauración, que mantenía al pueblo en el analfabetismo y en la necesidad. Concluye con la afirmación de que existía una estrategia programada de generar terror por parte de los militares sublevados en 1936. La tercera sostiene que si el asunto estuviera bien explicado no habría tanta pasión. Y así introduce como elementos explicativos de algunos hechos la importancia del analfabetismo y lo manipulables que eran las masas por parte de los políticos. Éstos insertaron en las clases populares la idea de que había que arrasar con todo aquello que no fuera ellos mismos.
Otro participante hace aquí una inflexión, que califica de psicológica. Manifiesta que todas las posturas expuestas tienen su parte de razón para añadir que, al igual que a una persona que en su desarrollo está demasiado preocupada por su pasado le ocurre que no tiene alegría para construir su futuro, a un pueblo le puede ocurrir lo mismo.
A continuación, un contertulio reivindica al historiador Stanley Payne. Añade que al hablar de este tema hay que considerar que la Segunda República perdió la guerra pero ganó la batalla de la propaganda. Replicando a una opinión anterior, afirma que la población española del momento no era tan ignorante como se ha dicho. Además, continua, el país se había desarrollado, como consecuencia de su neutralidad en la Primera Guerra Mundial y el comercio con las potencias beligerantes. Termina con la afirmación de que los defectos de la constitución republicana sumados a la falta de capacidad de reacción de los dirigentes republicanos fueron los responsables de la Guerra Civil.
Otro participante realiza una breve intervención que abunda en la línea del anterior. Insiste éste en el error por parte de las autoridades republicanas, influidas por la opinión de Largo Caballero, de armar a las masas, de la constitución de las milicias populares. Hizo que la inseguridad fuera absoluta. Añade que convertir a toda esa gente en gente maravillosa es el truco de la memoria histórica.
A continuación un contertulio destaca que hablar de todo esto provoca catarsis. También que tal hablar ha parado, se ha dejado pendiente y hay que continuar con ello. Esta opinión es contestada por otro. Éste afirma que no ha tenido lugar tal catarsis y que en su lugar solo se ha hecho una historia muy concreta, la de los vencedores.
Un tertuliano que no había intervenido hasta el momento marca aquí otro punto de inflexión. Señala éste el carácter de oportunismo político que ha tenido, de hecho, todo este asunto de la memoria histórica. Aprovechando cierto ambiente cultural favorable propiciado por la producción cinematográfica española y apelando al resentimiento y a los bajos instintos de las masas, ciertos marxistas, por tanto tributarios de la forma más lograda de sadismo político, imbuidos de su proverbial hipertrofia de legitimidad han colocado la memoria histórica en el centro del discurso político. También incide este contertulio en el exacerbado legalismo de los memorialistas a la hora de exigir condenas del golpe de estado militar de 1936, que contrasta con su olvido del intento de subversión del orden republicano en 1934, protagonizado precisamente por el PSOE. Tal legalismo, insiste, no existe en política, como se ha visto en el proceso de aprobación del Tratado de Lisboa, en el que Irlanda se ha visto obligada a repetir su voto negativo y convertirlo en positivo, tal y como dictaba el poder real y nada democrático que impera en la Unión Europea.
A continuación, otro participante, a partir de un análisis fisonómico de algunos de los tertulianos lanza una interesante hipótesis. La gente de izquierda es especialista en establecer una dictadura mental y en calificar negativamente cualquier idea que no vaya en su línea, se afirma. Se basa para esto, entre otras cosas, en la observación de los rostros de algunos participantes y en las miradas que lanzan a otros contertulios ante intervenciones con las que no parecen coincidir. Insiste en el resentimiento natural de la izquierda, un indicio de lo cual ve en el hecho de que la Ley de Memoria Histórica fuera aprobada un 20 de noviembre (de 2002).
Otro tertuliano complementa esta observación con otra: la gente de izquierda es muy habilidosa y, con el vocablo memoria histórica, ha ligado la memoria, que es ante todo un proceso psicológico, con la historia, que remite a un análisis documentado. Son, por tanto, dos cosas muy distintas.
Tras esta afirmación, otro participante advierte a los presentes acerca de la actitud de confiar demasiado en las ideologías y en los políticos profesionales al uso en estos tiempos. Pues, se dice, que tal y como sostenía Maquiavelo, predomina lo malo, en los políticos y en la gente. Los políticos y los grupos de presión, distintos intereses económicos y sociales minoritarios, son los que controlan el poder y terminan decidiendo. Hay que tener mucho cuidado con cierta tendencia a creer en la buena voluntad de determinadas ideologías y políticos. Un ejemplo de lo que se dice sería la existencia en España, territorio relativamente pequeño y homogéneo, de 17 autonomías. ¿Para qué sirven? Sobre todo, se añade, para alimentar las ansias partitocráticas de puestos públicos, en los que los pésimos de cada sitio medran sin trabajar. Ante esto, otro contertulio propone, para prevenir precisamente estas amenazas, hablar, a partir de ahora, en nuestro debate, en términos científico-racionales.
Frases célebres:
- De Lorenzo: el marxismo constituye la forma más lograda de sadismo político.
- Daorino: mirando vuestras caras puedo ver el resentimiento propio de la gente de izquierda.
Autor de esta síntesis: De Lorenzo