sábado, 8 de noviembre de 2008

Ilusiones, simulacros y espejismos

ASOCIACIÓN FORO IDENTIDAD


PRÓXIMO FORO


Sábado, 15 de Noviembre de 2008 a las 11:00 horas






Ilusiones simulacros y espejismos

¿Sigue vigente la Caverna de Platón?


TEXTOS

Mito de la Caverna - Platón






http://www.youtube.com/watch?v=nxVwsKNv08Q

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La Caverna de Platón en el cine
Es una de las imágenes más memorables y obsesionantes de la filosofía. En La República Platón nos pide que imaginemos a unos prisioneros en una caverna subterránea con un fuego tras ellos. Los prisionesros están encadenados de modo que sólo pueden ver las sombras que aparecen sobre la pared que hay ante ellos.


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stella@filo.uba.ar

Publicado en Antroposmoderno el 21/05/06

En Matrix el protagonista sospecha que lo que vive no es la realidad. Busca incansablemente, hasta que aparece alguien que lo guiará en su salida de la caverna, una vez más. El personaje elige tomar una pastilla especial para ver la realidad, y una vez que el gesto se ha consumado, y luego de diversas manipulaciones, ingresa en la Realidad.

http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=965


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RESUMEN

Una sesión de tertulia concurrida y animada que comienza con una primera exposición de las nociones de “Espectáculo” y “Simulacro” en Debor y Baudrillard. Para este contertulio los mencionados conceptos están íntimamente vinculados con una de las capas interpretativas del Mito de la Caverna de Platón. En efecto, una de las perspectivas de sentido de este mito es la existencia de una sociedad esclava, adormecida, ignorante y entregada a toda clase de complacencias y susurros distorsionados del poder que tienen a mantenerla entretenida y consumiendo placeres y vanidades que la alejan de la auténtica percepción de la realidad y de la posible intervención crítica y política en la misma, al tiempo que aleja a sus miembros del auténtico conocimiento de sí mismos y de la posible evolución en sabiduría y virtud. Esto los liberaría de las cadenas que los mantienen contemplando las sombras en la pared de la caverna, las cuales les proyectan los Amos de su mundo.

En este sentido las nociones de “Espectáculo” y “Simulacro” vienen a abundar en esta perspectiva veinticinco siglos después, dentro de un mundo que ha cambiado en lo tecnológico y en el conocimiento científico-material pero no lo ha hecho, al parecer, en cuanto al cumplimiento del imperativo esencial socrático que no es otro que el de los misterios sagrados de Delfos: “Conócete a tí mismo”.

Sin embargo, la gran diferencia entre Debor y Baudrillard -por una parte- y Platón por otra, apunta uno de los contertulios, se enraíza en el aspecto místico del mensaje de Platón. Platón no se limita a denunciar el estado en que se encuentra la persona dentro de la vida social y política en las que es manejado por aquellos que sostienen las construcciones intelectuales, emocionales y político-sociales para mantenerlos en la ignorancia en la esclavitud de sus propias pasiones y en la servidumbre a objetivos interesados por parte de los poderes en la sombra que ellos ignoran.

Platón por el contrario apunta a un despertar del espíritu y a una liberación de las cadenas mentales y emocionales que impiden que se entre en una nueva dimensión – el Mundo de las Ideas- donde se encontrará la verdadera patria espiritual no sólo en esta vida sino en la otra (Mundo de las Ideas) al abandonar el cuerpo que es la auténtica morada-prisión durante la vida en este mundo.

Otro contertulio expone la interesante idea de que la negativa de Debord a dialogar con la cultura de su tiempo se traduce también en un suicidio intelectual. En este sentido, se asemeja al suicidio practicado por los “esclavos” a que se alude en su propia filosofía o a las cadenas de los “esclavos” del mito platónico. Por donde el autor caería en aquella misma situación que pretende alertar mediante su filosofía al encerrarse en las cadenas del solipsismo intelectual y del no diálogo.

Por otra parte se llama la atención sobre que es necesario aprender desde abajo. Los poderes y los titiriteros a su servicio tratarán de domesticarnos a su conveniencia, pero el auténtico progreso en todos los órdenes ha de venir del esfuerzo de cada uno, de los de abajo, de los que experimentan la realidad día a día en el esfuerzo. No se puede tener una revolución si no la hace uno mismo, concluye este nuevo interviniente.

¿En qué medida van a superar los líderes mundiales sus propios espejismos? La salida de la Caverna y el comienzo del auténtico conocimiento que comienza con el conocimiento discursivo (Dianoia) y acaba con el conocimiento intelectivo superior (Noesis) y con la contemplación de la Idea de Bien, equivalente platónico de la Divinidad o esencia más allá de toda esencia como él mismo la define, seguramente no es el objetivo de estos líderes mundiales o bien no está al alcance de su desarrollo interior, tercia otro contertulio.

Una parte importante del simulacro en que vivimos en todos los órdenes está constituido por la incomunicación, que, a su vez, está producida por el egoísmo, la importancia personal y el afán ciego de perseguir cada uno sus propios objetivos. Esto es aprovechado por los poderosos para guiarnos como carneros hacia las veredas de nuestro propio suicidio. El suicidio de nuestras mejores consecuciones que quedan abortadas.

El que está por encima de los demás en algún aspecto lo está para ser guía de los demás en la consecución, no de su propio bien, sino en el bien de los administrados. Pero este bien ha de ser elegido libremente por estos y no impuesto desde arriba.

Nos educan para el nacionalismo y para la admisión de lo sangriento de nuestra historia, no para la crítica de la propia andadura histórica. De este modo los pueblos permanecen creyéndose los mejores, los elegidos, los representantes de la mejor raza y de la mejor cultura frente a los otros. La solución es moral o no lo es de ninguna forma. Un último contertulio interviene para apostillar que está de acuerdo con esta última afirmación aún dentro de que es una auténtica utopía el conseguir un verdadero progreso moral de los pueblos y de sus dirigentes.■