ASOCIACIÓN FORO IDENTIDAD
PRÓXIMO FORO
Globalización y cambio climático
Sábado, 3 de Noviembre de 2007 a las 11 : 40 horas
TEXTOS
EL CATOBLEPAS
Las navidades del año 2004 pudimos presenciar el terrible maremoto o tsunami producido en el Océano Índico, cuyas consecuencias en daños materiales y víctimas han sido desastrosas. Este verano hemos podido ver cómo el huracán Katrina ha provocado en Estados Unidos un desastre de proporciones inesperadas en ese país; asimismo, otros fenómenos más cercanos, como los tornados sufridos en Barcelona recientemente, han provocado auténtica fiebre por cumplir el Protocolo de Kioto y otros medios para paliar el efecto invernadero, al parecer responsable, según ciertos meteorólogos y políticos, de un cambio climático cuyos síntomas se van agudizando, a tenor de lo que hemos relatado hasta ahora.
http://www.nodulo.org/ec/2005/n043p15.htm
http://www.nodulo.org/ec/2005/n043p15.htm
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INFORME SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO
Instituto de Globalización Sustentable
http://www.scribd.com/doc/377355/7-Informe-Cambio-Climatico
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NODO50.ORG: EL BANCO MUNDIAL Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Globalización y cambio climático
En su calidad de agentes principales de la globalización, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) son cómplices de los impactos devastadores que los combustibles fósiles producen en diversas comunidades de todo el mundo. Al continuar primando y favoreciendo los proyectos y las empresas de petróleo, minería y gas colaboran en los abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente, en la explotación laboral, en la contaminación tóxica de comunidades y también en la devastación causada a las poblaciones pobres, indígenas o a las mujeres. Al igual que numerosas empresas, el Banco Mundial se ha convertido en un experto en "lavados de cara ecológicos". Aunque utiliza palabrería hueca y eslóganes ecologistas, en 1999 el 40% de las inversiones del Grupo del Banco Mundial fue utilizado en proyectos de petróleo, minería y gas, lo que contribuyó de manera significativa al calentamiento global del planeta. En marzo del año 2000, la organización estadounidense "Friends of the earth" [Amigos de la tierra], tras discutirlo con otras organizaciones, hizo una petición al Banco Mundial para que abandonase la financiación de proyectos basados en petróleo, gas o minería.
En su calidad de agentes principales de la globalización, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC) son cómplices de los impactos devastadores que los combustibles fósiles producen en diversas comunidades de todo el mundo. Al continuar primando y favoreciendo los proyectos y las empresas de petróleo, minería y gas colaboran en los abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente, en la explotación laboral, en la contaminación tóxica de comunidades y también en la devastación causada a las poblaciones pobres, indígenas o a las mujeres. Al igual que numerosas empresas, el Banco Mundial se ha convertido en un experto en "lavados de cara ecológicos". Aunque utiliza palabrería hueca y eslóganes ecologistas, en 1999 el 40% de las inversiones del Grupo del Banco Mundial fue utilizado en proyectos de petróleo, minería y gas, lo que contribuyó de manera significativa al calentamiento global del planeta. En marzo del año 2000, la organización estadounidense "Friends of the earth" [Amigos de la tierra], tras discutirlo con otras organizaciones, hizo una petición al Banco Mundial para que abandonase la financiación de proyectos basados en petróleo, gas o minería.
RESUMEN
La sesión empieza con una frase proferida por uno de los interlocutores que nos impacta a todos: “No circula lo que vale, sino que vale lo que circula”. Es decir, explica nuestro compañero, circula lo que a ciertas personas y grupos les interesa, tanto en las comunicaciones y en las mercancías como en la política. Esto hace de nuestro mundo un simulacro de lo que debería ser. Lo que vale, los auténticos valores como la solidaridad, la justicia, el crecimiento sostenido, etc. son palabras-pantalla que sólo sirven para ocultar lo que de verdad está circulando que no es precisamente eso. Circulan la imposición por la fuerza, las falsas razones, el aparentar, el consumir, la apariencia del señorío a través del dinero, de los bienes o la fuerza que se posee. Sólo se respeta eso.
Sería necesario, por otra parte, para frenar esta relación nefasta entre una falsa globalización unilateral que sólo beneficia a los países ricos y el cambio climático -que está siendo, en parte al menos, consecuencia de ésta sobreproducción no sostenida-, ayudar al llamado Tercer Mundo o Sur integrado por los países pobres. Ayudarles de verdad y procurar que no emprendan el mismo camino contaminante que nosotros, pero sin que esto sea excusa para mantenerles en la pobreza.
La auténtica globalización se ha sustituido por la internacionalización del capital y, sin embargo, muchas veces la globalización ha estado promovida por personas que decían y dicen intentar un desarrollo espiritual y económico de los pueblos. Esta ha sido la pantalla para exportar explotación a muchos países.
Por otra parte, hemos excitado el deseo de bienes y de consumo de estos pueblos y queremos que ahora renuncien a un desarrollo bajo razón de que existe mucha contaminación en el mundo mientras, al mismo tiempo, nosotros los países llamados desarrollados, continuamos contaminando más que nunca. Nosotros no renunciamos a ese desarrollo y exigimos que lo hagan quienes casi nada tienen.
Se decía “Darles la caña y enseñarles a pescar”, pero también falla en los casos en que se ha puesto en práctica porque los dirigentes de esos países pobres se quedan con los bienes y capitales que les llegan para embolsárselos criminalmente a costa del bienestar, hambre y enfermedad de sus poblaciones.
Se pasó luego a que estos medios los canalizaran las ONG y éstas se corrompieron. Es necesario actuar y no permanecer pasivos. La pasividad es dejar hacer el mal y comete en parte ese mismo mal.
Sin embargo el problema es complicado; las empresas, si les aprietan, se van a otros países donde pueden contaminar el globo terráqueo (la contaminación no respeta fronteras aunque afecta más inmediatamente al entorno más próximo) y allí producen a menor coste contaminando aún más al no existir legislación medioambiental alguna.
No es una acción pequeña la que podemos realizar los ciudadanos cada uno por nuestra cuenta. Somos millones y entre todos podemos dejar de gastar energía inútilmente y de contaminar en buena medida: Transportes colectivos en lugar de individuales, andar en trayectos cortos en lugar del automóvil, la bicicleta en lugar del auto, electrodomésticos que consumen menos, luces apagadas cuando no son necesarias, etc.
Por otra parte, con nuestras opiniones y acciones y nuestra intervención en lo político en la medida en que podemos (también con nuestro voto responsable) podemos contribuir al cambio en el uso de energías renovables y no contaminantes, es decir, al crecimiento sostenido.
Sin embargo, el movimiento ecológico tiene más desarrollada su conciencia en la ciudad que en el campo, al menos en ciertos sectores de población. La persona que habita en pueblos explota la naturaleza al máximo para llegar al nivel de vida y riqueza que observa tienen en la ciudad. El precio de los productos agropecuarios es bajo para el productor en origen y éste produce por encima de la capacidad natural del entorno para aumentar su poder adquisitivo contaminando y degradando el entorno natural.
No debemos ser medios para los fines de otros. Los medios de manipulación son hoy más sofisticados que nunca. Es necesario estar alertas y ser críticos. El ansia de poder y de manipulación de los demás está en la base de la globalización y el cambio climático. Unas cosas no deben esconder otras. La asociación dinero-poder posee un efecto nocivo tanto a nivel local como a nivel nacional e internacional.
Sería necesario, por otra parte, para frenar esta relación nefasta entre una falsa globalización unilateral que sólo beneficia a los países ricos y el cambio climático -que está siendo, en parte al menos, consecuencia de ésta sobreproducción no sostenida-, ayudar al llamado Tercer Mundo o Sur integrado por los países pobres. Ayudarles de verdad y procurar que no emprendan el mismo camino contaminante que nosotros, pero sin que esto sea excusa para mantenerles en la pobreza.
La auténtica globalización se ha sustituido por la internacionalización del capital y, sin embargo, muchas veces la globalización ha estado promovida por personas que decían y dicen intentar un desarrollo espiritual y económico de los pueblos. Esta ha sido la pantalla para exportar explotación a muchos países.
Por otra parte, hemos excitado el deseo de bienes y de consumo de estos pueblos y queremos que ahora renuncien a un desarrollo bajo razón de que existe mucha contaminación en el mundo mientras, al mismo tiempo, nosotros los países llamados desarrollados, continuamos contaminando más que nunca. Nosotros no renunciamos a ese desarrollo y exigimos que lo hagan quienes casi nada tienen.
Se decía “Darles la caña y enseñarles a pescar”, pero también falla en los casos en que se ha puesto en práctica porque los dirigentes de esos países pobres se quedan con los bienes y capitales que les llegan para embolsárselos criminalmente a costa del bienestar, hambre y enfermedad de sus poblaciones.
Se pasó luego a que estos medios los canalizaran las ONG y éstas se corrompieron. Es necesario actuar y no permanecer pasivos. La pasividad es dejar hacer el mal y comete en parte ese mismo mal.
Sin embargo el problema es complicado; las empresas, si les aprietan, se van a otros países donde pueden contaminar el globo terráqueo (la contaminación no respeta fronteras aunque afecta más inmediatamente al entorno más próximo) y allí producen a menor coste contaminando aún más al no existir legislación medioambiental alguna.
No es una acción pequeña la que podemos realizar los ciudadanos cada uno por nuestra cuenta. Somos millones y entre todos podemos dejar de gastar energía inútilmente y de contaminar en buena medida: Transportes colectivos en lugar de individuales, andar en trayectos cortos en lugar del automóvil, la bicicleta en lugar del auto, electrodomésticos que consumen menos, luces apagadas cuando no son necesarias, etc.
Por otra parte, con nuestras opiniones y acciones y nuestra intervención en lo político en la medida en que podemos (también con nuestro voto responsable) podemos contribuir al cambio en el uso de energías renovables y no contaminantes, es decir, al crecimiento sostenido.
Sin embargo, el movimiento ecológico tiene más desarrollada su conciencia en la ciudad que en el campo, al menos en ciertos sectores de población. La persona que habita en pueblos explota la naturaleza al máximo para llegar al nivel de vida y riqueza que observa tienen en la ciudad. El precio de los productos agropecuarios es bajo para el productor en origen y éste produce por encima de la capacidad natural del entorno para aumentar su poder adquisitivo contaminando y degradando el entorno natural.
No debemos ser medios para los fines de otros. Los medios de manipulación son hoy más sofisticados que nunca. Es necesario estar alertas y ser críticos. El ansia de poder y de manipulación de los demás está en la base de la globalización y el cambio climático. Unas cosas no deben esconder otras. La asociación dinero-poder posee un efecto nocivo tanto a nivel local como a nivel nacional e internacional.
